EUROPA
PRESS
14
mayo 2017
Consumimos muchísima más comida de la que en realidad necesitamos
y mucha de ella no es natural, con demasiados productos procesados, preparados
o envasados que poco tienen que ver con la nutrición que el cuerpo necesita
para mantenerse con salud. Como consecuencia: cada vez más alergias,
intolerancias, desajustes y enfermedades. También poca energía, digestiones
pesadas, mal descanso e incluso mal humor.
Así lo
denuncia la chef Elka Mocker
en 'Ama, Come, Vive, Brilla. Cocina honesta para conquistar tu salud' (Lunwerg). "Somos las primeras generaciones que damos a
nuestro cuerpo un alimento que apenas reconoce como tal. (...) Además, llevamos
una vida estresante. Estamos híperestimulados. Los
días no nos alcanzan para hacer todo aquello que tenemos que hacer y nuestros
deseos terminan aparcados en último término. Esto nos amarga y genera presión
continua", lamenta.
Mocker plantea una
alimentación basada en escoger alimentos que sumen, que sean potentes, sin
pasteurizar, sin conservantes, ni azúcares, ni grasas saturadas y tampoco sal
refinada, donde apenas queda nada aprovechable para nuestras células.
"¿Y
qué alimentos suman? Las hojas verdes, los vegetales de todos los colores, las
frutas, los germinados, las algas, los cereales, las semillas y los frutos
secos. Estos alimentos se complementan con proteínas, ya sean de origen
vegetal, como las legumbres, o de origen animal, como los huevos, los pescados
salvajes o las carnes ecológicas y de calidad", subraya.
Por
ello, la experta recomienda minimizar al máximo los alimentos que no suman y
apostar por aquellos que sí lo hacen a través de una 'lista negra' y una 'lista
dorada' de alimentos para nuestra salud.
'Lista Negra' de alimentos o qué es mejor no
comer:
·
Comida procesada, precocinada y con aditivos.
·
Grasas saturadas y
sobrecalentadas, ya que generan muchos radicales libres, y aceites que no sean
de primera presión en frío.
·
Bebidas gaseosas,
zumos envasados y bebidas pasteurizadas porque están llenos de azúcar y no
tienen apenas alimento.
·
Lácteos.
·
Fritos.
·
Snacks empaquetados
porque tienen mucha azúcar, mucha sal y poco alimento.
·
Azúcares refinados.
"Lee los paquetes de lo que compras: prácticamente todo tiene
azúcar", advierte.
·
Sal refinada.
"Usa siempre sal de calidad, marina, sin aditivos o del Himalaya",
indica.
·
Harinas refinadas
(blancas) y cereales que no sean integrales.
·
Productos procedentes
de la soja que no hayan sido fermentados porque "es de muy
difícil digestión" y elegir la que sea ecológica.
'Lista dorada' de alimentos o qué
recomendable comer:
·
Alimentos
antioxidantes. Combaten los radicales
libres, promotores de muchas enfermedades, así como del envejecimiento
prematuro. "En nuestro día a día recibimos miles de ataques de radicales
libres (polución, tipo de cocción, sustancias en los alimentos, químicos,
dormir poco, estrés, dieta desequilibrada, por ejemplo), y una dieta rica en
antioxidantes y un estilo de vida saludable minimizan su efecto de deterioro en
nuestras queridísimas células sanas", revela la autora.
Son
antioxidantes casi todas las fuentes de alimentos vegetales, pero muy
especialmente todas las verduras y frutas, sobre todo los frutos rojos, los
arándanos, las bayas. También los cereales y las semillas, en particular las de
color negro, como el arroz nerone o el sésamo negro.
La vitamina C y la vitamina E, los betacarotenos y el
omega 3 tienen un fuerte poder antioxidante.
·
Alimentos
probióticos. Su función es la de promover
la salud y el crecimiento de nuestras bacterias intestinales buenas, las cuales
nos ayudan a sintetizar vitaminas, absorber nutrientes, y protegen nuestro
sistema inmunológico. "Para tener una buena salud general es
imprescindible tener buena salud intestinal y para ello necesitamos una flora
bacteriana feliz. Una dieta vegetal libre de productos procesados también es
muy favorecedora (prebiótica). Chucrut, pickles,
vinagre de manzana sin filtrar, kéfir, kombucha, miso
y ciruelas umeboshi", puntualiza Mocker.
·
Alimentos ricos en
fibra. Una dieta rica en fibra ayuda a
mantener en equilibro nuestra flora intestinal. A su juicio, es imprescindible
para ir con regularidad al baño y, además, sacia. La mejor fibra se encuentra
en los vegetales, las frutas, los cereales, las legumbres y las semillas.
·
Alimentos ricos en
grasas de calidad. La grasa es "muy
importante" para la salud, forma parte de las membranas celulares, protege
los órganos, se usa como energía, y además los ácidos omega 3 ayudan a las
funciones del cerebro y también a prevenir el deterioro cognitivo. Eso sí,
deben ser grasas saludables, que no hayan sido sobrecalentadas y que no sean
saturadas (a excepción del coco). Los aguacates, frutos secos, semillas y
aceites de calidad como el de oliva o el de coco, y muy especialmente los
ácidos grasos omega 3, presentes en el mundo vegetal en las semillas de chía,
de lino y de cáñamo son los más recomendados.
·
Carbohidratos de
calidad. Al ser alimentos completos de
absorción lenta dan la energía que se necesita y producen sensación de
saciedad.
·
Cereales, legumbres
y también verduras.
·
Frutas. Tienen fibra, agua y azúcar de calidad, muchísimas
vitaminas y fitonutrientes. Son el alimento perfecto,
el "snack ideal", valora la autora.
·
Hojas verdes. Tienen muchos minerales, fibra, vitaminas e incluso
proteínas. Las hojas verdes son ricas en clorofila, que es absorbida
directamente por la sangre a través del sistema linfático y, una vez en el
torrente sanguíneo, activa el metabolismo celular, mejora la capacidad
regeneradora de las células. Oxigena el cuerpo, depura y regenera la sangre,
frena las infecciones, potencia los procesos naturales de curación y reduce la
acidez de estómago. Se encuentra en todos los vegetales de hoja verde y también
en algas como la espirulina o la chlorella.
Cuanto más intenso es el verde, más clorofila.
·
'Arcoíris'. Mocker ultima la lista con los compuestos que dan el
pigmento y sabor a los vegetales, los llamados 'fitonutrientes'
(el licopeno en el tomate, el betacaroteno en las zanahorias, los flavonoides
en las moras y arándanos, por ejemplo). "Estas sustancias, que son como
los pesticidas naturales de las plantas, nos ayudan a nosotros a combatir
enfermedades degenerativas, protegen nuestro ADN celular evitando mutaciones
que pueden causar enfermedades. Además, son grandes protectoras de nuestro
sistema inmunológico y grandes antioxidantes y desintoxicantes", sostiene
la especialista y chef.
Según
sostiene, lo "más fácil" es pensar en colores y se trata de que estén
presentes en el día a día, ya sea combinándolos en una ensalada o a lo largo de
las comidas (rojo, morado, naranja, amarillo, verde y blanco).